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domingo, 1 de febrero de 2015

Solomillo Wellington

El Solomillo en Hojaldre, más conocido como “Solomillo Wellington”, es un plato muy conocido y tradicional en el mundo anglosajón. Precisamente en EEUU se hizo muy popular al ser uno de los platos preferidos del presidente Richard Nixon. En la actualidad Gordon Ramsay, el célebre chef de “Pesadilla en la cocina” y “Top Chef”, ha contribuido enormemente a su difusión al tener su propia receta de Solomillo Wellington.

Con estas referencias ya podemos situarnos en la historia particular del Solomillo Wellington, que recibe su nombre del militar británico Arthur Wellesley, primer duque de Wellington. Su gran hazaña fue la victoria sobre Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo. Era tal su fascinación por esta preparación que exigía a los cocineros que se cocinase en todas las comidas o banquetes donde él fuera el anfitrión. El “Beef Wellington” lleva ingredientes añadidos como el paté de foie gras, vino de Madeira, jamón, y un picadillo de setas. Sea este el origen verdadero o no de la receta, de lo que sí hay constancia es que hasta el año 1996 no apareció como tal el nombre registrado en un libro de cocina.

La receta original es con solomillo de buey o de ternera, pero para hacerla más económica vamos a cocinar un solomillo de cerdo, más sencillo de encontrar en los mercados y mucho más barato. De todas maneras, si queréis hacer el original, basta con sustituir el solomillo de cerdo por el de ternera. Para el relleno nos ceñiremos a los gustos de Wellington y usaremos “Duxelles”: salsa elaborada a base de champiñones y chalotas bien picadas, mostaza y paté de foie gras. Las chalotas, similares a las cebollas pero de menor tamaño y forma (la variedad más habitual en España es alargada y de color rojizo), tienen un sabor suave, a la vez que dulce y delicado. Tienen un punto entre la cebolla y el ajo, por lo que el relleno tendrá gracias a ellas un exquisito sabor ligeramente dulce y picante. Espero que os guste, es un plato perfecto para compartir con tus invitados en una ocasión especial.

Ingredientes para 4 personas

  •        1 solomillo de cerdo (o ternera) de 1000 g.
  •        400 gr. de champiñones frescos
  •        2 chalotas o escalonias (similar a una cebolla pequeña)
  •        2 puerros
  •        2 lonchas de queso para fundir
  •        1 cerveza
  •        1 huevo batido
  •        1 masa de hojaldre rectangular
  •        Pimienta negra recién molida y sal (al gusto)
  •        3 cucharadas grandes de mostaza (para untar el solomillo)
  •        Aceite de oliva virgen extra (el necesario para freír la carne y verduras)
  •        Papel de horno


Elaboración

Comenzamos preparando la carne. Si no lo ha hecho el carnicero, limpiaremos el solomillo de las partes blancas de grasa, quedándonos con la zona más noble.

Vertemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia (que entre el solomillo con holgura) y calentamos. Salpimentamos al gusto la carne y la marcamos en la sartén por todas sus caras, hasta que adquiera un tono dorado/tostado. De esta manera le damos un primer cocinado y sellamos el exterior para que luego se mantengan los jugos de la carne. Reservamos y dejamos que se enfríe.

Cortamos el puerro y las chalotas y limpiamos los champiñones frescos con un poco de papel de cocina, nunca con agua. Los picamos finamente. En una sartén con un poco de aceite de oliva, pochamos las chalotas y el puerro 5 min a fuego medio. Añadimos los champiñones y seguimos cocinando otros 10 min, para conseguir que se hagan lentamente y no se nos pasen. Reservamos y dejamos que se enfríe.

Pasamos al montaje del plato que se realizará siempre en frío, será más manejable y no ablandará el hojaldre antes del horneado.

Ponemos la plancha de hojaldre encima del papel de horno y pintamos una capa de mostaza, encima de ella ponemos parte del sofrito y encima el solomillo. Recubrimos la carne en su totalidad con una capa fina de mostaza y sobre ella vamos “pegando” el resto del sofrito (tenemos que reservar parte para realizar la salsa). Cerramos con cuidado el hojaldre formando un paquete, dejando las uniones en la parte inferior para que sea más vistoso una vez salga del horno y con el resto de hojaldre que hallamos cortado al hacer el paquete haremos tiras para adornar.

Batimos el huevo y con un pincel pintamos el hojaldre. De esta manera ayudaremos a pegar las uniones y le daremos un toque dorado mientras se cocina en el horno. Colocamos la bandeja en la parte central y horneamos 20 min a 200º C.  Como sabéis cada horno es un mundo y “apura” de manera distinta, el objetivo es que el hojaldre quede bien tostadito por fuera y la carne tierna y jugosa. Una vez hecho y retirado del horno, no tengáis prisa por degustarlo. Es necesario dejarlo reposar por lo menos 10 minutos, asentará y luego será más sencillo el trocearlo.

Mientras se enfría el hojaldre preparamos la salsa que acompañará al plato. En una sartén ponemos el sofrito que hemos reservado, el añadimos la cerveza y llevamos a ebullición, añadimos las lonchas de queso, el huevo batido que nos sobro de pintar el hojaldre y sal pimentamos. No dejamos de mover para la salsa vaya ligando. Después la pasamos por la batidora para dejar una salsa fina y homogénea.



















Miguel Hernández - El amor ascendía

El amor ascendía entre nosotros
Como la luna entre las dos palmeras
Que nunca se abrazaron.

El íntimo rumor de los dos cuerpos
Hacia el arrullo un oleaje trajo,
Pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.

El ansia de ceñir movió la carne,
Esclareció los huesos inflamados,
Pero los brazos al querer tenderse
Murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros
Y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
Y se encuentran lejanos.

Ed Sheeran - Thinking Out Loud

domingo, 11 de enero de 2015

Espinacas con Bechamel

Las espinacas no suelen ser una de las verduras más populares, pero preparadas de esta forma a la crema, con bechamel, están buenísimas. Si además les ponemos un poco de queso por encima y gratinamos unos minutos en el horno tendremos un plato riquísimo al que no podrán resistirse ni los menos amantes de las verduras. En mi caso he cambiado esta preparación y le he añadido una patatas cocidas.
Para preparar recetas con espinacas me gusta emplear las espinacas frescas que vendan en bolsas junto a las ensaladas. Me parecen más sabrosas que las congeladas y me gusta más su textura, tierna pero más consistente. Además son tan tiernas que en la mayoría de las recetas no es necesario cocerlas previamente, basta con rehogarlas hasta que pierden todo el agua, lo que nos ahorrará tiempo y esfuerzo. Yo de hecho incluso las empleo crudas para hacerlas en ensalada.

Tiempo de preparación: 50-60 minutos.

Ingredientes para 4 personas
  • 500 gramos de espinacas. A mí me gusta más usar las frescas que venden en bolsas junto a las ensaladas, pero se pueden emplear congeladas o las que venden en conservas de bote de cristal.
  • 60 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • 2 cebollas 
  • 50 gramos de harina.
  • 500 ml. de leche
  • Sal, pimienta y nuez moscada.
  • Tres patatas pequeñas cocidas




Elaboración

Si las espinacas son frescas yo no suelo cocerlas. Las rehogo un poquito más y con eso quedan perfectamente cocidas. Me gusta más como queda la textura. Queda más entera pero muy tierna y menos acuosa, ya que al cocerlas siempre queda algo de agua entre las hojas por muy bien que se escurran. Si son congeladas o si simplemente nos gusta más cocerlas aunque sean frescas el primer paso sería cocer las espinacas durante 10 minutos en agua hirviendo. Escurrirlas muy bien para eliminar toda el agua acumulada entre las hojas. En la foto que veréis mas adelante ya están cocidas y escurridas.
Poner el aceite a calentar en una sartén amplia.
Añadir la cebolla picada, la rehogamos hasta que este transparente. A continuación añadimos la harina. Remover bien con una cuchara de madera para que la harina se impregne en el aceite. Cocinar durante un par de minutos para que se fría bien la harina, pero sin tomar color, exactamente igual que cuando se comienza a preparar el roux de una bechamel.
Añadir poco a poco la leche, removiendo constantemente con una cuchara de madera para que no haga grumos. Añadir sal, pimienta negra molida y nuez moscada al gusto.
A continuación añadimos las espinacas, removemos y mezclamos todo bien sin dejar nunca de remover para que no se peguen. Dejar cocer a fuego suave durante unos 10 minutos. 
Sacamos de la sartén y ponemos en una fuente. En una sartén salteamos la patatas cocidas, ponemos encima de la espinacas y gratinamos durante unos minutos en el horno.
Como vereis en la ultima foto, con las espinacas con bechamel que han sobrado de la comida, he hecho una empanada para cenar.















Luis Cernuda - Orillas del amor


Como una vela sobre el mar resume ese azulado afán que se levanta hasta las estrellas futuras, hecho escala de olas por donde pies divinos descienden al abismo, también tu forma misma, ángel, demonio, sueño de un amor soñado, resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba hasta las nubes sus olas melancólicas. 

Sintiendo todavía los pulsos de ese afán, yo, el más enamorado, en las orillas del amor, sin que una luz me vea definitivamente muerto o vivo, contemplo sus olas y quisiera anegarme, deseando perdidamente descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma, hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.



Mark Knopfler - I Will Never Love Again de la banda sonora de "La Princesa Prometida"
http://youtu.be/9Dz9CK_qeyo

jueves, 1 de enero de 2015

Vichyssoise

Después de mucho tiempo sin actualizar el blog, aprovechando el inicio de año para volver a los buenos habitos y prometo (de verdad de la buena .....) actualizarlo habitualmente.

Empezamos el año con un plato sencillo, que se puede tomar caliente en invierno y frío en verano, así tenemos una preparación sencilla y además versátil.

Tiempo de preparación: 50-60 minutos.

Ingredientes para 4 personas


Elaboración

Lavamos los puerros y les quitamos las raíces y las hojas verdes, dejando sólo las partes blancas y de color verde pálido. Los cortamos por la mitad a lo largo.

Pelamos la cebolla (o cebolletas) y la cortamos en tiras finas (juliana). No será necesario hacer unos cortes perfectos, porque al final lo vamos a pasar todo por la batidora.

Ponemos el aceite, en una cazuela grande, y la derretimos a fuego lento.
Incorporamos la cebolla y el puerro, y los rehogamos a fuego lento durante 15-20 minutos, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera. No nos interesa que el puerro llegue a dorarse, sólo que quede tierno, por lo que controlaremos que el fuego sea muy suave.

Mientras se está cocinando el puerro y la cebolla, pelamos las patatas y las cortamos en trozos pequeños. Agregamos las patatas, las rehogamos brevemente y añadimos el caldo de pollo.

Trituramos con la batidora (en mi caso he utilizado la americana de vaso) hasta obtener una crema fina y homogénea. Agregamos la nata, una pizca de pimienta blanca, nuez moscada y rectificamos de sal. 


Ideas 
Esta receta podemos servirla fría en verano, o caliente en invierno:
Si la queremos servir fría, una vez hecha, tapamos el recipiente con un film transparente y lo metemos en la nevera al menos 3 horas.
Si la queremos servir caliente, la calentamos en una cazuela momentos antes de presentarla.
La nata 
La vichyssoise se enriquece tradicionalmente con nata, por lo que puede resultar algo pesada, si quieres conseguir una crema más ligera sustituye la nata por un vaso y medio de leche ó 200 ml de leche .










Empezamos el año con un poema de Octavio Paz

EL PUENTE

Entre ahora y ahora
entre yo soy y tú eres
la palabra puente.

Entras en ti misma
al entrar en ella:
como un anillo
el mundo se cierra.

De una orilla a otra
siempre se tiende un cuerpo,
un arcoiris.

Yo cantaré por sus repechos,
yo dormiré bajo sus arcos.

Y seguimos con Enrique Iglesias




domingo, 10 de febrero de 2013

Pastel de pulpo con pimentón


Los que seguís mis blog y los que me conocéis bien, sabéis que el pulpo me encanta.

Es un alimento a tener muy en cuenta por su escaso valor calórico y porque es una fuente de nutrientes importantes para la salud. Debido a su altor porcentaje en agua y a su escaso aporte en grasas, una ración individual de pulpo sólo aporta 105 kcal, las mismas que un yogur entero azucarado. Si los aliñas con una cucharada de aceite de oliva y lo acompañas de una patata cocida, el plato proporcionará unas 300 kcal.

Este es un plato muy sencillo de preparar y con el que os podréis lucir bien.

Ingredientes:
  •        Pulpo (laminado)
  •        1 Cebolla
  •        1 Patata
  •        Pimentón picante
  •        Aceite
  •        Sal

Preparación:

Yo últimamente siempre uso pulpo que ya compro cocido. En el caso que queráis vosotros cocer el pulpo es muy sencillo: Engañamos 3 veces el pulpo, para ello metemos las patas en agua hirviendo 3 veces (meter y sacar seguido) Lo metemos dentro del agua 45 minutos y cuando rompa a hervir lo mantenemos otros 10 minutos.

Pelamos las patatas y las cebollas. Las cebollas las cortamos en trozos muy pequeños, ponemos aceite en una sartén y pochamos a fuego muy lenta,  la idea es confitar la cebolla picada muy finita, alrededor de 8 minutos.

Las patatas las lavamos, secamos y cortamos en rodajas no demasiado gruesas, en el mismo aceite donde hemos confitado la cebolla, hacemos también las patatas a fuego lento para que también queden confitadas.

En un plato de horno montamos el plato con un aro de emplatar,  base pulpo, patata, cebolla y pulpo. Metemos al horno 5 minutos. a 160º, lo sacamos del molde y lo rociamos con la mezcla de pimentón y aceite (revuelto anteriormente). Adornamos con las patas y pintamos el plato con el pimentón.

Para acompañar este plato os recomiendo un Albariño Paco & Lola 2011 de Bodegas Rosalía de Castro DO Riax Baixas.  

Bon Apetit!!!














PENSARTE ES TENERTE

¡Cómo me dejas que te piense!
Pensar en ti no lo hago solo, yo.
Pensar en ti es tenerte,
como el desnudo cuerpo ante los besos,
toda ante mí, entregada.

Siento cómo te das a mi memoria,
cómo te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia,
y más que consentir, más que entregarte,
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos en escorzo, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.

Me dices desde allá
que hagamos lo que quiero
-unirnos- al pensarte,
y entramos por el beso que me abres,
y pensamos en ti, los dos, yo solo.

PEDRO SALINAS                                                                                                                                                                              

Reconozco que soy un enamorado de Irlanda, he estado varias veces allí y me gustaría volver pronto, hoy llevo todo el día escuchando música de allí, os dejo algunas canciones Preciosas.

Dolores Keane – Storm on my heart

Sklida – The flower of Finae

Anuna - Blackthorn